Aunque para algunas personas suene raro, la verdad es que ver nuestros cuerpos completamente desnudos frente al espejo, es complejo. Con los estereotipos de belleza incrustados en nuestros cerebros, cada parte de nuestro cuerpo que no se parezca a ellos tiende a molestar. ¿Te ha pasado? Desde pequeña escuchaba cosas como: no comas tanto pan, después te van a gustar los chicos y te encontrarán gorda, y yo quedaba con una enorme interrogante en mi cabeza, ¿acaso debo agradar a la vista de los demás para que les guste?. Y bueno, fue así como inicie mi camino de inseguridades, mala relación con la comida y con mi cuerpo.

Creo que antes de los 28 años nunca me había visto al espejo completamente desnuda, mi cuerpo me avergonzaba, su forma, sus marcas y de casi todo en verdad. No sabía lo hermosa e inteligente que soy. ¡Gracias a Dios ya me di cuenta!

Cuando decidí empezar a conocerme mejor, lo primero que hice fue dejar las pastillas anticonceptivas, para conectar completamente con mi lado femenino y sin hormonas sintéticas que interrumpan mi proceso de sanación, porque si, llegar a amarte incondicionalmente es un proceso de sanar todo aquello que te limita y que te da miedo afrontar. Luego de empezar a sentir mi real esencia, leer mucho y darme cuenta de cómo podría desarrollar mi amor propio, empecé a hacer más deporte (que me encanta), a alimentarme de manera consciente y a hacer un ejercicio que me trajo grandes beneficios. Este ejercicio era mirarme al espejo todas las mañanas, con la cantidad mínima de ropa con la que me sintiera cómoda, y empezar a nombrar las partes que más me gustan de mi cuerpo, ¡así reafirme muchísimo mi autoestima! Este ejercicio lo leí en Pinterest y me encanto, por eso hoy le dedico un artículo en mi blog.

¿Cómo hacer el ejercicio? Lo primero es estar en un lugar donde nadie te interrumpa, para que te sientas tranquila de que nadie llegara y conocerá tus nalgas sin tu permiso. Luego ponte frente al espejo, empieza por tu rostro, y ve bajando poco a poco, sacándote la ropa hasta lo mínimo suficiente para que te sientas lo más cómodo o cómoda posible. La idea es que cada vez sea más ropa la que te quites, esto debido a que reforzarte positivamente a diario, hará que tu cerebro quiera más, ¡estimularas el amor propio! Cuando ya no veas que más partes te gustan, no empieces a ver las que no, sino que detente ahí y agradece por tu maravilloso cuerpo, su fortaleza y todas sus capacidades, entrégale amor y pensamientos positivos. Otra actividad de amor propio que realizo a diario, es repetir un mantra al terminar mi momento frente al espejo o cuando me estoy vistiendo, y es decir, tres veces: “Me quiero, me amo y me respeto” y agradecer por el nuevo día. Espero te haya gustado, con amor,

 

SexoloGabi.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *